Y no hace falta hablar de violencias.
La idea de AGUANTAR viene ligada al mandato del matrimonio para toda la vida, del "si te separas vas a romper una familia", del "los hombres son así", la "maternidad es así".
El amor nada tiene que ver con el aguantar. Y con esto tampoco nos tenemos que ir al polo opuesto: en los vínculos hay diferencias y hay conflictos.
Sólo que situarnos en la posición de aguantar nos pone en un lugar de relaciones de poder donde no nos queda otra que bancarnos algo que no nos gusta.
Por eso propongo esta idea de convivir con la diferencia, divisarla, hablarla, repensarla, negociarla.
Claro que el amor nos trae conflicto.
Claro que el amor nos incomoda.
Pero nada de eso debiera dejarnos en un lugar de sumisión y sacrificio constantes.
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